El domingo tenía pensado vegetar como un geranio, pero en el último segundo, decidí que estaba hartita de lentejas y que me merecía un momento campestre en el Retiro. La cosa se presentaba idílica: mi bocata de tortilla, un cesped esponjoso, silencio en medio de la ciudad, mi libro de D.Parker... Cuando de repente me bombardeó una urraca y tuve que salir corriendo a limpiarme.

Fue una forma "sucia" de echarme del Retiro. Ante estas cosas, el lado negativo de una empieza a pensar "No puedo estar en cualquier sitio, todos me hacen sentir incómoda, ni las urracas me dejan estar tranquila"... Para quitarme el mal sabor de boca, me animé a ir a la exposición "Vanguardias Rusas", en Fundación Caja Madrid. Está dividida en dos partes: una, supongo que la más interesante, está en el Thyssen (por tanto, pago al canto); la otra sección es gratuita y fue la que me tocó en suerte ir a ver.

No voy a echar el rollo pedante sobre el constructivismo ruso, el comunismo y toda la pesca. De la exposición me quedo con los carteles de propaganda y cine, algunos de los cuadros (sobre todo, el "Cuadrado negro"), las fotografías, los diseños para telas, bandejas y tinteros... Vamos, recomendable.

Eso sí, aprendí un par de cosas...