¡Hola!

Solo cinco minutos para contaros algo: Está francamente bien la exposición de Gustav Klimt: La Destrucción Creadora, organizada por la Fundación Juan March (c/ Castello, 77 Madrid). Entre las obras expuestas está "El Friso de Beethoven", una impresionante obra mural que cuenta una historia usando como inspiración la música de la 9ª Sinfonía de Beethoven.

Para rematar el miércoles, por la noche fui a ver "El ilusionista", una película sobre un "mago", interpretado por Edward Norton. A mi me encanta cualquier historia romántica y con su aliciente mágico y surrealista (es decir, que si os gustan las pelis así, es recomendable). La principal pega que le pongo a la película es su excesiva previsibilidad. Cualquier espectador curtido en el engaño sabe desde la mitad de la película lo que va a pasar al final. Hubiera estado bien que crearan un poco más de confusión. Además, el fallo de la mancha de sangre sobre el caballo... es muy obvio; sobre todo si eres un seguidor de CSI o "Se ha escrito un crimen". Yo soy el inspector, y ya hubiera sabido la verdad desde ese primer momento.

A mi hermana la mandé a ver "Scoop", y sus carcajadas se podían escuchar desde la calle.

Esto va muy lento...

Besos y abrazos de una teleoperadora torpe.

Esta semana de final de noviembre y principios de diciembre conseguirá que yo, Roskat (alias) pierda la cordura.

Para comenzar, hoy lunes a las cuatro comienza "Mi vida como teleoperadora", es decir, que ahora, para ganar esos cuartos necesarios, voy a vender cursos de inglés por teléfono. Tal y como suena. (Si os llaman a las 16:00 para venderos un curso, no colguéis y sed pacientes, que es mi primer día).

A mediados de la semana, comienza la Expocomic 2006. Del 30 de Noviembre al 3 de diciembre, en la Casa de Campo de Madrid. Tengo que ir, pues presentan la consola Nintendo Wii y el juego que llevo ya tres años esperando, Zelda Twilight Princess (y que algunos afortunados en América están disfrutando ya).

Y el fin de semana, voy al concierto de "Yo la Tengo", con PKS y Nayix.

Pero no me quejo. Prefiero una semana movidilla y divertida, que un mes aburrido.

Por cierto, al IKEA hay que ir en buena compañía, coche propio, canciones de Frank Sinatra y armadas de paciencia y buen humor. Como nosotras.

p.d: Escribiría más pero el tiempo en el ciber... se me va... se me va...

Primera review:

"El laberinto del Fauno":

Hace años, ya me había maravillado ese juego de fantasmas y crueldad que es "El Espinazo del Diablo". Viendo la tercera entrega de Harry Potter, me encantaron las imágenes oníricas y libres que expresaban cada cambio de estación. En esas dos películas, se puede apreciar a un director que puede expresar crueldad y belleza a la par.

En el duro contexto de la posguerra en España, Ofelia se traslada con su madre a vivir en un pueblo del norte. Su nuevo padrastro es el capitán Vidal, cuya máxima aspiración en la vida es acabar con los maquis y tener un hijo varón al que educar. Ofelia se escapa de esta realidad sumergiéndose en un mundo onírico, donde ella es una heroína que tiene que pasar pruebas para volver a su reino. La película tiene muchas y variadas lecturas: ¿qué es mejor a veces, la ficción controlada, o la realidad? ¿Es la realidad más cruda que la ficción? Por que lo inquietante de la película no son los monstruos (el viejo albino, el sapo asqueroso y el mismo fauno), sino la crueldad del capitán Vidal (interpretado por Sergi López), y la desesperación real de los personajes que le combaten en la sombra (Maribel Verdú, Alex Angulo).

Y al final, la pregunta para el espectador... ¿Con cual de las dos historias te quedas?

Ay, se me acaba el tiempo...

p.d: Para admiradoras de Prison Break, el perfil de Wentworth Miller.

6:26 p. m.

De esta noticia no me he enterado, hasta que una de mis hermanas, estudiante en Sevilla, me ha contado que está participando.

Se trata de un proyecto basado en la novela de Ray Bradbury "Farenheit 451", y el proyecto se llama "Personas libros"

Imaginad que estáis en un mundo donde los libros se han prohibido. No hay más cultura, solo aquella que proviene del estado, única y lateral. La creatividad se ha marchitado, no existe la originalidad ni el pensamiento libre. Pero un grupo de rebeldes resiste aún: las "personas libro", es decir, personas que se aprenden una página (o capítulos enteros) de un libro, y lo conservan en su cabeza para poder transmitirlo.

Mi hermana escogió una página de Boris Vian, "La espuma de los días".

Yo, en un acto de reflexión, lo tendría un poco crudo. Hay tantos libros, y todos tienen una página de exquisita belleza, capaz de abstraerme del vaivén del metro, del ruido de la cafetería o de los gritos del niño de los vecinos. No sé... probablemente escogería una página de Jane Eyre, o el último capítulo de "Orgullo y prejuicio", o puede que los primeros párrafos de "Madame Bovary".

Creo que yo sería la típica chiflada rebelde que escondería los libros en un lugar secreto y que acabaría quemada con ellos.

La depresión es como una especie de resfriado. En mi caso, más tipo gripe que otra cosa. Cada cierto tiempo, coincidiendo con el cambio de estación (ahora, con el cambio de vida), aparece como una enfermedad, y la sobrellevo a mi manera. Es decir, me distraigo con libros, películas, videojuegos, charlas amenas con amigos y hermanos, fiestas de cumpleaños y juegos con mi sobrino.

Ah, y con un móvil nuevo.

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Me preguntaba Jules qué mangas, de los vistos en el Salón del Manga, recomendaría.

Hay gustos para todo, pero inevitablemente yo tengo mis favoritos:

- Death Note: El "Death note" o "cuaderno de la muerte" es una libreta donde los dioses de la muerte (o shinigamis) apuntan a las personas que van a morir. Uno de estos dioses, llamado Ryuku, cede su libreta al protagonista de la historia, un joven inteligente llamado Light. Descubre enseguida que puede matar a cualquiera apuntando su nombre en el cuaderno, además puede decidir cuando y de que forma muere. Esto le lleva al dilema de como debe emplear ese poder, y decide convertirse en una especie de justiciero, eliminando a todos los criminales del mundo. Así comienzan los crímenes de "Kira", como la policía llama a este asesino en serie. En la investigación interviene "L", otro joven de inteligencia y astucia equivalentes al protagonista. La historia es un complejo rompecabezas que mezcla el género policíaco con el fantástico. Tiene versión en película real y el anime empezó a emitirse hace relativamente poco.

- Zetman: No llegué a leer mucho, pero el primer capítulo me pareció lo suficientemente interesante para darle una oportunidad... cuando mi economía se recupere, jejeje...

- MPD-Psycho: Algo sangriento, y muy complejo. Cuando tenga un rato (y un ordenador con conexión usb) subiré parte del artículo sobre este manga. Recomendado si te gusta el thriller tipo "Seven" y "Saw", y si tienes un estómago duro.

- D-Gray Man: Una historia sobre un exorcista que carga con una maldición y su misión de defender la tierra de "akumas" o espíritus vengativos. El primer tomo me gustó, aunque el ambiente y el protagonista se parecen demasiado a otro manga/anime de éxito en los últimos años.

- Emma: Un shojo, es decir, manga para chicas, que narra el romance entre una criada y un heredero rico en la Inglaterra victoriana.

Y bueno, siempre recomiendo los mismos, pero es que son mis favoritos: los mangas de las autoras CLAMP (sobre todo XXXholic), y Nana (espero ansiosa el tomo 6).

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Mañana, si me conecto, hablaré de las pelis que he visto: El laberinto del Fauno y Scoop.

Adiosito.

En el momento del robo, tuve que buscar un cajero del BaBVAs para cancelar mi tarjeta. Después de escuchar como tres veces la puñetera canción de "Adelante", el amable chico de atención al público me comunicó que habían comprado un abono tranporte del metro de Barcelona. Cancelada la tarjeta, y también cancelada la tarjeta de mi móvil, me tocó ir a una comisaría a poner una denuncia.

En cualquier ciudad, este paso resultaría fácil, pero en Barcelona, no. Madrid es hostil, pero ¡demonios! la gente lo sabe y lo espera. Barcelona, con toda esa falsa publicidad de "ciudad abierta", sorprende al incauto por su falta total de COMISARIAS decentes. En el radio donde me robaron el bolso, hay tres comisarías, y en ninguna de las tres permitían poner denuncias. "Solo para gestionar los papeles de inmigrantes", me decían. Vale, muy bien, soy brasileña, ¿me aténdeis? No sabía yo que para sentirse extranjera en tu propio país bastaba con mudarte de ciudad.

Tras dos horas andando y siete paradas de metro más tarde, encontramos una comisaria de la guardia urbana, y sus amables "chicos" me atendieron en un pis-pas.

Agradezco desde aquí a Silvia, la otra sufridora de esta caminata, y le recuerdo que le debo un buen queso de la Serena y unas copichuelas.

Después de poner la denuncia y pasar el resto del domingo en relativa "paz" (gracias a mis amigos del foro de Animanga), regresé a estos mandriles. Mis padres se recorrieron no se cuantos kilómetros para llegar hasta la Terminal 4 y darme mis llaves y un pequeño fajo de billetes, para sobrevivir esta semaa.

En menos de dos días, se me acabó la beca, me sangró la nariz como dos o tres veces, y en un arranque de odio a esta ciudad hostil, me largué a mi casa del pueblo, a llorar las penas y refugiarme en la tortilla de patatas de mi madre y en las gracias de mi sobrinito.

Bueno, mirando el lado positivo... Tengo un buen móvil, mi sobrino está más guapo que nunca, y mis padres están bien.

Ya estoy de vuelta en Madrid, pero es probable que me vaya otra vez a Senolaf el fin de semana... porque los ineptos del BBVAS me mandaron la tarjeta a la oficina del pueblo... justamente ayer que volvía a Madrid.

Saludos!

p.d: Por cierto, el ladrón echó mi cartera de Mandarina Duck a un buzón, y hoy ha llegado a buen puerto. Limpia, sin un duro, solo con mi carnet. Al menos, me devuelve la tarjeta de socio del FNAC, y la foto donde Laurea sale guapa.

p.d2: Que 26 años más malos...

La semana había ido muy bien, más que bien, requete-genial. Por las tardes, asistí al taller de cuentos de I.Martínez de Pisón en La Casa Encendida. No escribí mucho, pero sí me quedé con algunas ideas a desarrollar (entre ellas, algún microrelato) y con las caras de gente bastante heterogénea.

El viernes volé rumbo a Barcelona, donde me esperaba el Salón del Manga. La gente de la web "AnimangaWeb" había tomado el Hostal Tuset para los miembros del foro y allegados. Este ha sido mi primer salón. El viernes fue un día "tranquilo". Tranquilo entre comillas, porque ayudé a colocar poster y repartir flyers con información sobre la revista; más encantada que un ocho. Saqué tiempo para comprarme algunas cosillas... El primer volumen de MPD Psycho (muy bestia), el primero de D-Gray Man, la mokona blanca con la figurita de Yuko (un personaje de XXXHolic), la película de Tsubasa RC... Cuando los pies me gritaban de dolor, me compraba un té y un daufuku (dulce de arroz relleno de helado) y me ponía a leer en una escalera.

El sábado fue el día "agobio", pues se juntó una cola que daba la vuelta al edificio, el calor y el cansancio. Como dije en un lapso de los míos, comenté que aquello era un carnaval. Resultó muy divertido ir reconociendo en los disfraces de la gente a los personajes conocidos. Una gran mayoría escogió vestirse de shinigamis de la serie Bleach, otros, ninjas de Naruto... Algunos optaban por ir más originales, como una Chi con barba, Xiaolang, un japo loco que repartía sus tarjetas para presentarse, vestido de Roy Mustang... Gente que cantaba las canciones de los openings (español y japonés) de Dragon Ball y Caballeros del Zodíaco, niños que se perdían entre los posters y las figuritas, madres con cara de resignación por traer a sus hijos y adolescentes que comentaban, entre risas, que estaban ligando más que en una discoteca...

El domingo habría sido un día perfecto si no fuera porque me robaron el bolso, con todo dentro, en una cafetería de Barcelona. Por fortuna, contaba con el apoyo y solidaridad (Silvia me acompañó en el periplo interminable de encontrar una comisaria, y me invitó a comer); el ladrón solo pudo hacerse con un abono del metro antes de que yo le cancelara la tarjeta. Lo peor ha sido estar sin móvil, sin mi Prado comprado en Chinatown (ver viaje a Nueva York), la barra de clinique que solo he usado una vez, el monedero con un duro, el último que tenía y que conservaba con un amuleto, el libro de Bertold Bretch que estaba leyendo (Ver reseñas de libros del mes de Octubre).

En fin, las cosas materiales por las que siento un apego infantil. Como me dijeron allí: "Para qué preocuparse, si todo lo vamos a dejar aquí". A lo que añado una frase de Saramago: "Hay veces en la vida en la que debería bastarnos el peso de nuestro cuerpo"

Mañana, cuento la segunda parte de esta historia. Jejeje...