Esta vez, he batido mi marca de libros. Normalmente, mi media está entre una o dos novelas por mes... En Junio, cuatro han caído entre mis garras devoradoras. Es normal, teniendo en cuenta que viajando en tren se lee bastante, y mis víctimas no han sido sesudos ensayos sobre la paz mundial y el conflicto en Oriente Medio...


Empezamos por el primero:





- "Sábado", de Ian McEwan. De este autor, ya me había leído "Expiación" (de la que próximamente estrenarán la película). Si de esta novela podía decir que me había gustado (sobre todo la descripción que realiza sobre el calvario de los soldados en las tierras francesas durante la 2ª Guerra Mundial), de esta otra novela, "Sábado", tengo más bien una sensación agridulce. Por un lado, tenemos un ejemplo de estilo narrativo implecable, con un gran vocabulario y un deslumbrante uso de la lírica... Y por otro, una historia soporífera.





Todo comienza cuando un cirujano de éxito, Henry Perowne, se despierta la mañana de sábado y ve como un avión en llamas sobrevuela Londres. Después, te describe paso por paso su rutina de ese día libre: sexo matutino con la esposa, partida de squash con un colega, charla con el hijo... Etc, etc... A todo esto, McEwan cae en lo que yo más odio de los novelistas actuales: "sus personajes tienen vidas maravillosas". Mujer perfecta, hijos talentosos (uno guitarrista, la hija, poetisa), con una "pedazo" de casa en el centro de Londres, vacaciones en el "castillo" del abuelo en Francia... Claro, cuando ya has leído que este tío lo tiene todo, te entran ganas de que alguien le parta la cara: y eso es lo que ocurre (¡por fin!) en la página 200. Pero por supuesto, el perfecto doctor Perowne y su perfecta familia sale indemne y feliz.


¡Quiero familias disfuncionales!



- "Viajes por el Scriptorum", de Paul Auster. Novela corta pero contundente, que me transportó desde el Londres del año 2003, hasta una pequeña habitación toda blanca donde un anciano, Mr. Blank, trata de recordar qué hace allí y quién fue él. A lo largo de un día (otra vez la temática del único día narrativo), vemos como Mr. Blank recibe distintas visitas, y también sus actividades en el pequeño habitáculo. (Posible Spoiler) El tema del libro es la relación entre el artista (escritor, en este caso), y sus obras. Yo también me he preguntado que me diría alguno de mis personajes si tuviera ocasión (sobre todo, aquellos a los que se las he hecho pasar "putas").



Al menos, espero que no me suceda como al escritor francés Pierre Jourdé, que fue linchado por sus personajes. (Más información aquí)



(Gracias a "El otro Minuet" por la información)





- "La Piedra Lunar: 2ª Parte", de Wilkie Collins. La segunda parte que resuelve el misterio de la dichosa Piedra Lunar, a través de las cartas y extractos de los diarios de cada personaje involucrado en la historia. Hubo un momento en el que temí que la resolución del caso fuera del tipo "todo ha sido un sueño", pero no... Por fortuna. Aunque al final, yo hubiera hecho que uno de los personajes hubiera restituido el diamante a su lugar de origen...



- "Detrás de la máscara", de Louisa May Alcott. Sin duda, conoceréis a L.M Alcott por su obra más conocida "Mujercitas" (clásico juvenil que ha visto adaptaciones a la gran pantalla, miniseries, dibujos animados, etc, etc...). Pues bien, esta novela no tiene nada que ver. Se trata de una de sus primeras obras, y el tema es el de la mujer ambiciosa que, para lograr sus objetivos, hace lo que sea. Inteligente, calculadora y muy sibilina, Jean Moir llega al hogar feliz de la familia Coventry en calidad de nueva institutriz. Aprovecha la debilidad de cada personaje para obtener algo de ellos, hasta que al final consigue lo que más ansiaba: una posición desahogada y un título nobiliario. En algunos fragmentos, parece la versión oscura de "Jane Eyre".

Lectura entretenida, sobre todo si te gusta el estilo narrativo de las hermanas Bronte y Jane Austen. Abstenerse aquellos que no soporten la literatura inglesa (Alcott era americana, pero esta novela bebe de las fuentes inglesas) del siglo XIX.

Y con esto, y un gran saludo, me despido.


Me llamó mucho la atención el artículo de "El País" sobre el juicio a Laura Albert, más conocida por el mundillo literario por "J.T. Leroy".



Laura Albert y J.T. Leroy


Se trata de un complejo juego de realidad contra ficción. Una escritora con un pasado lleno de drogas y sexo, decidió crear un "alter ego", Jeremiah, y usando este nombre empezó a escribir novelas basadas en la vida de este personaje. Más tarde, cuando el primer libro fue un éxito y recibió las alabanzas de público y crítica, la escritora contrató a una actriz que, debidamente disfrazada, se hacía pasar por Leroy en entrevistas.



Hasta ahí, nadie había sospechado del fraude. Pero en esto que, como suele pasar con todas las novelas de éxito, se compraron los derechos para hacer una película. Con dinero de por medio, el fraude se acabó destapando, y ahora la productora exige compensación por daños y prejuicios.



Puede que sea una forma un tanto bizarra de vender una novela, y no dudo de su calidad ni de su astucia. Quizá el pecado fue que llegó demasiado lejos, pero tampoco se la puede culpar de nada. ¿Es culpable por crear un personaje? Es lo que se supone que hacen los escritores. ¿Por engañar a toda la industria editorial y lectores, haciendoles pensar que lo que se contaba "podía ser cierto"? Pues, sin ánimo de ofender, hay autobiografías de personajes más falsas que muchas novelas. La ficción es la ficción, y aunque la mayoría de los escritores acaban metiendo datos personales o vivencias, no todo lo que se cuenta tiene una base real.



Ah, por si queréis saber más sobre J.T. Leroy, pincha aquí.



Al hilo de la lectura del artículo, me puse a recordar otros fraudes literarios. Aún se hacen bromas con la historia de Ana Rosa Quintana y su negro. Otro de los fraudes literarios más conocidos, es el de "El Tercer Ojo", de un tal Tuesday Lobsang Rampa, que supuestamente explicaba como él, monje budista, alcanzó el nirvana espiritual... Cuando el escritor ni era tibetano ni había pisado jamás el Nepal. También llama mucho la atención que V.C Andrews (autora de novelas románticonas y melodrámaticas) murió como hace unos diez años... y aún sigue publicando novelas.



Podría estar hablando de este tema largo y tendido, pero no encuentro la información que necesito: sé que hay una famosa escritora de novela romántica que en realidad es un hombre de unos 60 años aficionado al sadismo; y también recuerdo otra novela pseudohistórica en la que el autor decía ser descendiente del caballero templario que protagonizaba la historia... Pero nada, estoy en blanco.



Este viernes... ¡la reseña de libros de junio!

Siempre he tenido sueños muy extraños, pero los de las últimas semanas se llevan la palma. Como este es un post largo, voy a aprovechar ahora que nadie me ve (jejeje) para transcribir los más raros:

- "Las estatuas de madera": En el sueño, estoy viendo un documental sobre una extraña enfermedad que convierte a las personas en estatuas... de madera. En el reportaje, el locutor decía que esas personas consiguen llevar una vida más o menos estable gracias a que les sale trabajo como vigilantes.

- "Soy la ¿cuarta? embrujada": Un asesino psicópata anda suelto por la ciudad... Sus víctimas: las enfermeras. Me llama un amigo policía para decirme que debo proteger a mi hermana, y esa noche vamos las dos caminando hacia nuestra casa, cuando aparece el asesino provisto de una metralleta. Hasta ahí todo "normal"... Pero de repente le digo a mi hermana: "Luego te lo explico", y la protejo con un escudo mágico. Me desperté sintiéndome entre poderosa y algo estúpida, aunque ahora me río. Hasta me sirvió de inspiración, jejejeje...

- "Tengo un fantasma japonés en mi habitación": El término concreto es una "yurei", y la culpa de que soñara que había una detrás de la puerta de la habitación, fue porque esa noche me había releído el capítulo del "Romance de Genji" donde la princesa Rokujo, loca por los celos, se transforma en un fantasma en vida para atacar a la esposa de Genji.

- "La noche de los muertos vivientes": Toma sueño desagradable, la pesadilla de cualquiera... La ciudad invadida por zombies, yo soy una de las cientos que tratan de escapar de la masacre, pero me quedo atrapada en una especie de túnel con agujeros en las paredes... Este sueño se debe a que estuve viendo la primera media hora de la película de Romero.

- "La oveja asesina": Hace aproximadamente un año soñé que estaba viajando en el autobus camino a casa, cuando debido a una avería, todos los pasajeros debíamos pasar la noche en un motel de carretera. En esto, que de repente un rebaño de ovejas que pastaba por allí se volvió agresivo y empezó a atacarnos.

Sí, podéis reiros todo lo que queráis, pero que sepáis que no he sido la única que ve a las ovejas como seres amenazantes: "Black Sheep: the movie"

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Es lógico que teniendo este tipo de sueños (casi narraciones, diría yo), siempre cuele alguno de ellos en mis historias, o que incluso me sirvan para empezar una narración. Debería ser seria y tratar de llevar un diario de sueños (como hace el autor de "Los complots nocturnos").


Para rematar, os recomiendo la lectura de "La casa del sueño", de J. Coe; novela que, a través de los trastornos del sueño que sufren los protagonistas, nos habla del deseo, el amor, la vanidad, la codicia... El título de este blog "Estados hipnagógicos" viene precisamente de una de las historias de este libro.

Ala, con este dibujo de Malena y un beso, me despido hasta la próxima semana.

11:39 a. m.



El domingo pasado visité, al fin, la Feria del Libro de Madrid. Hacía un calor asfixiante, después de tantos días de lluvia, y había mucha gente, curiosos ocasionales que paseaban con los niños y/o con el perro, y también visitantes habituales de la feria. En esta ocasión, fui sola y con la no intención de no comprar, pues mi economía anda muy floja... y sin embargo, acabé "picando" (con gusto).



Entre los autores que firmaban, estaban M. Rivas, Iker Jiménez, Antonio Gala, Julio Llamazares, Nativel Preciado, etc... pero como ni llevaba libros suyos (y en algunos casos, ni me los he leído), ni tampoco me apetecía hacer mega-cola, decidí abstenerme. Con las firmas de Mario Vargas Llosa y Gabriel García Marquez el año pasado, tengo bastante. También es cierto que le tengo cierta alergia a los autores de bestseller (por lo que tampoco me acerqué donde firmaban Javier Sierra, Carlos Ruíz Zafón y el tipo de "La catedral del mar", que no sé su nombre).



Paseando entre puestos, sorteando a los niños que se colaban y daban empujones, a las señoras que llevaban una larga lista de novelas y las jóvenes parejas de intelectuales, me tropecé con la caseta pequeña de la editorial Calambur, y allí firmaba Juan Carlos Mestre. Poeta, pintor, músico, y sobre todo, un hombre cálido y agradable al que ya había tenido ocasión de conocer en otro encuentro poético hace años. Por supuesto, le compré el libro "Antifonía en el Valle del Bierzo" y me lo firmó encantado, con dibujo a color y todo.



Después, cuando ya se calentó mi cartera, adquirí una obra de juventud de Loisa May Alcott, "Detrás de la máscara" y el comic de Daniel Clowes "Ghost World". El primero es de la editorial Imágica, que parece dispuesta a recuperar obras desconocidas de autoras clásicas, lo cual es de agradecer.



¿Es mi imaginación, o tengo muchas cosas en común con el personaje de Enid? Gafas, flequillo, autoestima baja, opinión cambiante... Hasta coincide el signo del zodíaco chino: la cabra.
Un saludo, y hasta la próxima!




Increíble, pero las elecciones me han afectado hasta el punto de no poder actualizar nada (blog y otras historias varias)
Pero en este escaso tiempo libre (con internet) que tengo, os dejo mis lecturas del mes de mayo:



1. "La Piedra Lunar: 1ª parte", de Wilkie Collins.

Autor clásico de novela políaca, en esta historia, dividida en dos partes, nos relata el robo de un hermoso diamante "La piedra lunar", procedente de la India y sobre el que se sospecha hay una maldición. La historia está narrada desde los distintos puntos de vista de cada personaje, a través de diarios, cartas, noticias aparecidas en periódicos, etc..., como ya hizo en otra novela suya (ahora desconozco si anterior o posterior): La dama de blanco.
En esta primera parte, quién habla es el mayordomo de la familia Verinder, testigo de todos los hechos del robo y de las investigaciones posteriores... hasta la llegada del sargento Cuff, el mejor personaje de la novela sin duda.



2. "La campana de cristal", de Silvia Plath.

De S. Plath solo sabía que era poetisa y que se suicidó metiendo la cabeza en el horno (sic). Gracias a Nayix, descubrí además que tenía alguna novela publicada. En esta historia, narra como una chica empieza a dejarse llevar por la depresión hasta alcanzar la demencia y las ideas suicidas. Sobre este libro y la depresión tendría que hablar largo y tendido, pero el tiempo se agota.

3. "Guardianes del Tiempo", de Poul Anderson. Libro de ciencia ficción, sobre una especie de patrulla que se dedica a vigilar que no haya "interferencias" en la historia. El protagonista tiene que resolver casos tan curiosos como averiguar qué hace una barra de plutonio en la bretaña de los celtas, a dónde ha ido a parar un famoso investigador en la época de Ciro el grande, o porqué de repente el futuro ha desaparecido y se ha transmutado en un mundo desconocido...

De los tres, creo que el más flojo era este tercero, y que me perdonen los admiradores de la ciencia ficción.

p.d: Y ahora estoy con "Sábado" de Ian McEwan, a ver que tal.