En la Expomanga de este año, no disfruté mucho. Será que no estaba animada, o que me marearon mucho con Shou-Tajima (quien al final cambió dos veces la hora de su firma y no pude asistir). Lo único que me gustó y que me alegro de haber hecho, es haber comprado tres obras de Jiro Taniguchi.

La palabra "manga" suscita en muchos una especie de repelús, y les trae a la mente los típicos dibujos de piernas muy largas y ojos demasiado grandes que se inundan de lágrimas. Ese tópico generalizado asusta a muchos lectores. Sin embargo, si se atrevieran a abrir un volumen de otros autores (manga para adultos), descubrirían una mirada distinta de la realidad. Jiro Taniguchi es para mí un valor seguro.

- "Tierra de sueños" (Ponent Mon): Un volumen que recoge una serie de historias cortas, sobre los sueños y las formas de verlos cumplidos... En cuatro de esas historias, Taniguchi cuenta los últimos días de su perro Tam, y la llegada a la casa de una nueva inquilina, una gata persa a la que llaman "Boro" (pingajo, en japonés) y que les da una sorpresa; y una tercera invitada inesperada. En la última de las historias, un alpinista tiene una cuenta pendiente con la cordillera del Annapurna. Decide regresar, a pesar de tener que abandonar a su familia y que ya está rondando la cuarentena...

- "Barrio Lejano", (Ponent Mon): Ganadora de varios premios nacionales e internacionales, esta joya mezcla drama, realismo y también fantasía.

Hiroshi Nakahara tiene 48 años, dos hijas, una esposa y un trabajo que le obliga a viajar de arriba a abajo. En uno de esos viajes en tren, se confunde y acaba en su pueblo natal, donde está enterrada su madre. Visita el cementerio, y allí le ocurre un hecho insólito: de improviso, su mente se traslada a su cuerpo de cuando tenía 14 años, y revive el pasado desde ese momento. No es una casualidad, pues ese año fue en el que su padre les abandonó sin decir palabra y cambió la plácida vida de su familia. Hiroshi cree que podrá cambiar el futuro, pero lo que descubre es una nueva perspectiva, gracias a la madurez que ha adquirido, que le permite comprender quiénes eran de verdad sus padres y porqué sucedió lo que tenía que suceder. Lo mejor que he leído en comic desde Maus y Persepólis.


Inevitablemente, me acordé de una película de Coppola, donde la protagonista regresa a sus tiempos de instituto y también cree que puede cambiar todo lo que hizo mal en la vida... para descubrir lo mismo que Hiroshi: El pasado no se puede cambiar. ("Peggy Sue se casó") Las diferencias... la sensibilidad y el carisma de Taniguchi convierten este relato en algo cercano al lector, que se ve reflejado en el adolescente que no comprende el mundo de los adultos y que, ya crecido, ve a su familia de otra forma.


Si queréis saber más de comics, aquí tenéis tres webs recomendadas:

- La Cárcel de Papel: Un sitio ya legendario, de la mano de Álvaro Pons. Si no lo conocéis, ya estáis tardando...

- Última Viñeta: Mis amigos Diego Arias y Miguel Ortega ponen en marcha esta web, con lo último en viñetas, nunca mejor dicho. Si no sabéis por cuál tomo empezar o que autor leer, sus completas y cuidadas reseñas os guiarán...

- Animangaweb, por supuesto.

Si yo pudiera, me pasaría el día... escribiendo y leyendo.

Bueno, el viaje a Egipto llegó a su fin.


Y con él, el regreso a este blog de mi sección fija: Reseña del mes. Estos meses (Marzo y Abril) he leído lo siguiente:


- El libro de las ilusiones, de P. Auster. Un placer leer a Auster, como siempre. El libro de las ilusiones habla precisamente de eso, de las ilusiones que se han perdido y de cómo se pueden recuperar... con las cosas más sencillas que existen. Por un lado, el narrador de la historia pasa por un momento duro tras perder a su familia en un accidente. Un día, resacoso e incapaz de hacer nada, ve en la televisión una escena de cine mudo de un artista poco conocido. A partir de ahí, comienza a investigar la vida de este actor, que desapareció en el momento álgido de su carrera. Como curiosidad, dentro de la historia P. Auster nos deleita con una especie de metaliteratura, haciendo referencia a varias obras suyas, entre ellas "Viajes en el Scriptorum" (que menciona por encima) y "La vida secreta de Martin Frost" (su última película...).


- Un lugar llamado Nada, de Amy Tan. Para el viaje a Egipto, escogí un bestseller de bolsillo de una autora que, aunque no es de mis favoritas, de vez en cuando retomo. Por una vez, deja atrás las historias de amor en China, para adentrarse en la crítica social a la clase media-alta americana. Un grupo de amigos decide, tras la muerte inesperada de su guía, continuar un viaje por la zona de la frontera china con Myanmar (Birmania). Durante el transcurso de este viaje, una tribu les "secuestra" (más bien, se los llevan prestados) y desaparecen. La novela tiene su punto original y hasta humorístico (quién narra la historia es el fantasma de la guía, una vieja bastante divertida). Era curioso verme reflejada como esos turistas que viajan a un país exótico y se creen de lo más modernos por ir a los hoteles de mochileros y comer en los bares locales.


- Sendero de Tinieblas, de Guy Gavriel Kay. ¡Aleluya! Casi unos 15 años después de leer el primer libro, por fin culminé la trilogia de "El Tapiz de Fionavar"... Y me hubiera gustado un final más alegre, la verdad.


Y el viernes, más reseñas, esta vez de mis últimos comics.

Civilización...







Y ya, por fin, la última etapa del viaje.


Tras pasar una noche de las que llaman "toledanas" en el tren, llegamos a El Cairo. Al grito de "civilización" y "ducha", aparecimos en el piso de nuestra particular Bastet. Emplearé una de las frases de mi madre para definir lo que hicimos a continuación: "cogernos de las orejas y meternos en agua caliente". Algunas de nuestras ropas siguieron el mismo camino, esta vez al tambor de la lavadora. Nos dimos un buen desayuno, momento relax, ropa limpia, charla agradable... Un placer, Sus.


El plan del día era descansar todo lo posible para que a la noche estuviéramos en condiciones de celebrar la "fiesta de expratiados". Por eso, alquilamos una faluca y comimos navegando por el Nilo. Un poco más tarde, fuimos a visitar la Ciudad de los Muertos. Se trata de un barrio de El Cairo, antiguo cementerio, que está ocupado por familias, que viven entre las tumbas. Para rematar la visita por la ciudad, subimos a un mirador para contemplar... la contaminación y el atardecer, con nuestros vasos de té de hibisco.


Y por la noche, fiesta... Contaría más de ella, pero creo que bebí demasiado...




**************************

Su nombre en árabe es Abu el-Hol, "padre del terror".



A todo esto, alguien avispado dirá: "Esta tía fue a Egipto... ¡y aún no ha visto una pirámide!". A la mañana siguiente, nuestro último día de visita turística, nos acercamos a Gizeh, para ver la esfinge y las tres pirámides. Llevábamos una resaca monumental, nunca mejor dicho. Nuestro cuerpo ya estaba en las últimas, pero reuní fuerzas para cumplir uno de los sueños más raros que tengo: estar en el interior de una pirámide. Subí a la de Keops: una estrecha rampa de dos por dos, apenas iluminada, húmeda; seguida de otra rampa aún más empinada, para llegar a una sala negra donde había... nada. Pero la experiencia valió la pena: Sudé la resaca.

Ya a la vuelta, me tropecé con la esfinge. Más pequeña de lo que se podría pensar, y encima el rostro está cada vez más carcomido por la enfermedad de la piedra.



Por recomendación de H. Blonde, visitamos también Saqqara, donde se encuentra la pirámide más antigua de Egipto, llamada también "la pirámide roja" o "escalonada". La mandó construir un faraón llamado Zoser, y su arquitecto fue Imhotep, un caso raro de personaje histórico real convertido en divinidad. Egipto inspira a mis películas de aventura favoritas, jejeje...




Blonde también insistió en que visitarármos la tumba de Ty. Fue el arquitecto de la pirámide de Keops, y su tumba estaba decorada con todo tipo de grabados donde mostraba como sus sirvientes preparaban un banquete: pescando en el Nilo, esquivando cocodrilos, recogiendo frutas, sacrificando vacas... La precisión y belleza de los grabados fueron las imágenes que me acompañaron hasta el avión.



Así que adiós, Egipto.

El próximo año... Si todo sale bien, Japón, China o Grecia.




Adiós, Nilo dorado...

Copyright de las fotos, de Marta.

Copyright, de Marta






... y el templo de Hapshepsut (Hot-chiken-soup), la única que podría llamarse "faraona".
El último día que pasamos en Luxor fue uno de los apoteósicos: nos levantamos temprano (otra vez), nos subimos a una furgoneta con más turistas (otra vez), y nos encontramos con Mai (otra vez). El primer lugar que vimos fue el famoso templo de Hapshepsut, la única mujer enterrada en el valle de los Reyes. Su templo es famoso, entre otras cosas, por la belleza de sus grabados en colores, el atentado, y por las representaciones que solían hacer todos los años de la ópera Aida (y que desde entonces, ya no se celebran). La sala de Anubis me puso los pelos de punta.
Pero lo mejor, lo mejor... El valle de los Reyes. Ahora que se nos echa encima la "fiebre Indiana Jones", recuerdo esa escena de la primera peli, cuando tiene que excavar en el valle de los Reyes buscando la tumba que contiene la clave para encontrar el arca. El Valle de los Reyes y el de las Reinas se encuentran en un desfiladero, un lugar inaccesible excepto por la entrada. No se pueden visitar todas las tumbas, como la de Tuntakamhon (hay que comprar la entrada aparte y comerse la cola). Hay otras tumbas que están aún en estudio, y otras que se cerraron porque un grupo de turistas se pegaron entre ellos para entrar. En total, habrá cientos de tumbas, pero hasta la fecha solo hay unas 70 abiertas.
La tumba que más recuerdo fue la de un pequeño, Tutmosis, que murió de niño. Le enterraron junto con el feto de uno de sus hermanos, donde se podía apreciar la forma de la cabeza típica de los faraones (ahuevada hacia atrás). Yo había creído que esos rasgos era por culpa de los gorros que se ponían y la moda de la época... pero en realidad se trata de una deformidad hereditaria provocada por casarse entre hermanos y madres e hijos. Además, la cámara estaba decorada con dibujos donde se mostraba como el padre acompañaba al niño recién fallecido hasta su madre, fallecida tiempo atrás.
Aparte, estuvimos en la tumba de Ramsés II (¡otra vez!), donde solo recuerdo la imagen de la diosa Nut, madre del sol y diosa del firmamento.
Aquel día, tras visitar las tumbas, comimos con Mai, y dos irlandeses monillos y muy bebedores, en la misma terraza del día anterior. Después de eso, corrimos al zoco donde di rienda suelta a mi consumismo y a mi cara de buena gente (regatear se me da mal, porque se me nota cuando algo me gusta, y me convencen con las historias de sus madres tejiendo, labrando o cosiendo cojines). Como nota curiosa, ese día me pidieron en matrimonio como cuatro personas, en distintas tiendas.
Esa noche, ya descansadas y con las maletas a cuestas, viajamos en el tren nocturno de vuelta al Cairo... en un mini vagón con un coreano, un egipcio de los antiguos y otro de los modernos. No sé aún como sobreviví a esa noche, la verdad.


Y aún queda la tercera parte...


El tren de Asuán a Luxor salía a las 6 y media de la mañana... pero en realidad, salimos a las 8.



Cuando llegamos a Luxor, dos horas más tarde de lo previsto, tuvimos el primer contacto con la realidad egipcia y sus tejemanejes. En la estación, había unos tipos que trataban de convencerte para que fueras a su hotel, su taxi o de excursión. Nosotras habíamos reservado habitación en un hotel recomendado por nuestros amigos de El Cairo: el Happy land. Uno de estos tipos nos aseguró que era del Happyland, y que él mismo nos acompañaría al hotel. Mientras caminábamos en esa dirección, otro de los tipos de la estación nos seguía y nos aseguraba que su hotel era mejor y más bonito que el Happy Land... Y entonces, descubrimos que el primer tipo nos quería meter en una habitación con otras 8 personas (cuando nosotras ya habíamos reservado habitación solo para las tres). Y aquí, intervino Massud, el segundo tipo, que veloz, nos ofreció habitación para las tres, con su cuarto de baño y aire acondicionado. Y así, acabamos en el "Princess Hotel".


Le hago mención aquí, porque el pobre se quejaba de que su hotel era tan bueno como el Happy Land, pero como no salía en la Lonely Planet (más conocida entre los egipcios como "the Book" o "the Bible"), pues nadie lo conocía. Massud nos apañó una excursión al día siguiente para ver el Valle de los Reyes, el de las Reinas y el templo de Hatshepsut. Además, se ocupó de comprar el billete de vuelta a El Cairo, en tren nocturno... Algo que merece un capítulo aparte. Por si alguien pregunta: a mi el hotel me gustó, estaba limpio, era barato y nos trataron muy bien. El único "pero" que le pongo es que la situación, un poco oscurilla y no daba buen rollo pasar por allí de noche.


El primer día en Luxor, fuimos al impresionante templo de Karnak. Bueno, no es un templo sino toda una colección de templos. Aquí está otra vez Ramsés, también el camino de las esfinges, la efigie del Escarabajo de piedra, varios puntos que según los guardias, si lo tocas tienes buena suerte... En tiempos mejores, se podía subir al primer pilón (la primera muralla), pero un turista se mató por las escaleras y lo cerraron. Esta frase sería una constante en el Valle de los Reyes. A mi me impresionó mucho la sala de las columnas, hoy a cielo descubierto, pero que en su tiempo estuvo techada. Para muestra, fijaos en esta foto:


Y luego, la peña alucina con El Señor de los Anillos...






Eso fue por la mañana... luego, a la tarde, aprovechando que cerraba tarde, visitamos el templo de Luxor. El obelisco de la entrada, al lado de otra estatua de Ramsés II (¿no os he dicho ya que me parece un poco egocéntrico?), es el hermano gemelo del que se encuentra en París, y está es su ubicación original. Otra cosa destacable de este templo, en plena ciudad, son los grabados que muestran la fiesta del Opet. En ellos, se ve a los bailarines contorneándose, los músicos, las mujeres con cestas de flores, etc... Este templo y el de Karnak estaban unidos por un camino custodiado por carneros, de tres kilómetros. Es que los egipcios, cuando se proponían hacer algo a lo grande...

Agotadas, tomamos una cena estupenda en una terraza, con música del lugar y una vista inmejorable de Luxor y el templo. No recuerdo como se llamaba, pero se encuentra justo detrás del templo, en una calle que lleva a la estación.

Y al día siguiente... El Valle de los Reyes, Reinas, y Hatshepsut.


A las 3:30 de la mañana, estábamos ya en pie para subirnos en una furgonetilla, rumbo a uno de los templos más famosos de Egipto: Abu Simbel. El motivo es que, desde el atentado en el Valle de los Reyes, los militares escoltan a los turistas en convoys. Salen dos en todo el día: el primero y mejor es el mañanero (y también el más concurrido, normalmente). En la furgoneta, volvimos a coincidir con Mai, la chica de Singapur, y pudimos disfrutar del amanecer en el desierto. Me dieron ganas de pedirle al conductor que frenara en seco y nos dejara verlo... pero me quedé frita.

Calculad el tamaño de las estatuas, en comparación con los turistas.



Abu Simbel contiene dos templos: uno dedicado a Horus y otro a Hathor. El principal tenía cuatro estatuas de Ramsés II (se conservan solo tres). Para mí, Ramsés es el faraón más egocéntrico de todos. Su momia se puede visitar en el museo de El Cairo: un viejo con el pelo teñido y manos en pleno estertor que da auténtico miedo. A orillas del Nilo, los ojos de piedra de las tres estatuas contemplan las tierras fértiles y desafían a los vecinos del país, Sudán. Una de las curiosidades que más me gustaron de este templo fue que dos veces al año (creo que en febrero y octubre), al amanecer, los rayos del sol entran por un ventanuco e iluminan la cámara del fondo del templo, donde estan las estatuas de Amon, Ra y Ramses. Sí, chicos, lo que aparecía en Indiana Jones no era un cuento.

Además, Abu Simbel no está en su ubicación original. En realidad, estaba más abajo, pero con la construcción de la presa de Asuán, hubo que moverlo de sitio. La UNESCO y varios países invirtieron dinero para evitar que esos templos desaparecieran bajo las aguas, y Egipto les agradeció la ayuda con donaciones, como el Templo de Debod en Madrid. (Un trocito de Egipto en el corazón de la ciudad).

El segundo templo, dedicado a Hathor, diosa de la fertilidad y la abundancia; y también homenaje a la esposa de Ramsés II, Nefertari. Es el único templo en Egipto donde la representación de la esposa del faraón tiene la misma altura que las estatuas de su esposo (lo normal es que esté por las rodillas).


A la 1, ya estábamos de vuelta en Asuán, y entonces nos preguntamos "¿qué hacemos?"... Pues visitar todo lo que nos dejamos la tarde anterior: las aldeas nubias, la tumba de los nobles y el museo nubio. En la aldea, tomamos un té en la "Nubian House", con un simpático abuelo que sabía ciento y la madre de nuestro país. Nayix le preguntó cómo sabía tanto de España, y el buen hombre nos respondió con orgullo: leyendo mucho. Lectores de Hipnagógicos, leed mucho y sed tan felices como ese buen señor. Las tumbas de los nobles fueron impresionantes, y se convirtieron en el preludio de lo que veríamos en el Valle de los Reyes. El museo nubio nos sirvió para contarnos de donde proviene este tribu orgullosa de sus orígenes y su evolución en el tiempo.

Agotadas hasta más no poder, compramos los billetes para Luxor al día siguiente, cenamos como señoras a orillas del Nilo, y nos fuimos a dormir, bajo el auspicio de Ramsés II y de su esposa Nefertari.

Y creo que este ha sido uno de los días más largos de mi vida.

p.d: Fotografías por cortesía de Nayix.



Que azul es mi Nilo...


Taxi y avión, comenzamos el "interraíl egipcio" protagonizado por las tres chicas de oro: tenemos a la cínica e inteligente Nayix*, la bella y no menos inteligente Garde, y la habitante de Senolaf, yo misma.

*Nayix también es bella, eh. Pero es que no quería repetir la misma descripción.


Aquí, Isis ocultó a su hijo Horus...





Incisos aparte, nuestra llegada a Asuán estuvo acompañada del alegre Ompa, nubio-non egipcian, quien nos llevó a visitar el templo de Philae, la presa de Asuán (orgullo de los egipcios) y el "obelisco inacabado", que no llegamos a ver.... porque nos dijeron que no merecía la pena. Todo eso por la mañana y al precio de 140 libras egipcias. El templo de Philae está en una isla, y para llegar hasta allí hay que negociar con un barquero, tanto la ida como a la vuelta. Aquí tuvimos la ayuda de una pareja de belgas, expertos viajeros, que nos contaron alguna anécdota sobre sus choques con los egipcios y sus tejemanejes.


Era nuestro primer templo en Egipto, y en las fotos se nos ve frescas y felices cual perdices. Aquí cada una se flipaba a su manera. Yo bromeaba con Asterix y Cleopatra (os imagináis lo que dije al ver la esfinge), y también hice alguna referencia a "Muerte en el Nilo". Nayix iba desgranando la situación en Oriente Medio analizando el telefilm "Los diez mandamientos", y Garde... se preguntaba que hacía allí con esas dos locas.


Ya por la tarde, visitamos las islas que hay en Asuán, a bordo de una faluca. En ella, conocimos a Mai, una chica de Singapur que viajaba sola. La primera isla, la llamada "Kitchener", es donde está el jardín botánico. Y allí... iba a hacerle una foto a una garza real, cuando mi cámara fue víctima de la maldición del Museo de El Cairo: dejó de funcionar. Justo cuando al día siguiente, íbamos a Abu Simbel...
Esa tarde, a pesar del relax, nos perdimos la tumba de los nobles y la aldea nubia, pero ya nos resarcimos al día siguiente... que fue largo, muy largo.

Hombre desplegando velas en su faluca
Pero eso será otro día.
p.d: En BeaCreo, Nayix también desgrana nuestro viaje a Egipto con su habitual sentido del humor y su ojo crítico, y mejores fotos. Mi recomendación, echadle un vistazo.

Mezquita de Ibn Tulun



La primera etapa del viaje consistió en el feliz reencuentro con amigos en el mismo aeropuerto de El Cairo. Desde la furgoneta camino a nuestra casa esos días, cena y cama vimos el resto de una tormenta de arena, y también la locura del tráfico en esta ciudad.


Al día siguiente, nuestros anfitriones nos llevaron a conocer El Cairo Islámico: la mezquita de Ibn Tulun, los puestos del mercado, las calles, los zumos, la gente y la comida. Allí, también disfrutamos de lo que es algo muy raro en Egipto: la lluvia, que cayó durante un par de minutos mientras degustábamos un café y un brownie en el pulmón verde de la ciudad. Ya por la noche, visitamos a los derviches, cuyas danzas girando sobre si mismos durante minutos y minutos nos dejaron pasmados.


Derviche girando



Al día siguiente, acudimos al museo de El Cairo, para conocer al joven, desgraciado pero rico Tuntakamon. Había una sala aparte, la de las momias. Costaba 100 libras egipcias (unos 11 euros), y merecía la pena solo por ver el rostro del faraón más egocéntrico de todos: Ramses II. Otra mención aparte, son los papiros. Aquí me viene mi vena bibliotecaria: me dejé los ojos admirando la perfección y la conservación de esos rollos inmensos llenos de historias y jeroglíficos. Otros objetos que merecieron mi atención fueron las joyas, los muñecos, los amuletos con forma de dioses, las momias de los animales... Un placer, vamos.
Esta foto es de la poco conocida diosa Tueris, con cabeza de hipopótamo, que es quien cuida a las embarazadas y procura un buen parto. Me pareció graciosa, y tuve suerte, porque en teoría no se pueden hacer fotos en el museo. Puede que por eso me pasó lo que me pasó...


Agotados, esa tarde comimos en un restaurante de inspiración colonial (La Bodega), y después, visitamos el barrio copto, llamado también "El Cairo católico". Se trata de un conjunto de pequeñas casas e iglesias, rodeadas por una muralla y cortada al tráfico. Por lo tanto, un remanso de paz. Como lo visitamos cuando oscureció, pasamos un poco de apuro para visitar las iglesias, pero en alguna nos dejaron pasar.


Volvimos paseando cerca del Nilo, y allí tomamos un "barco discoteca". Los egipcios pagan por unos 15 minutos en un barco que recuerda un poco a las casetas de las ferias, solo que estas te llevan a recorrer el Nilo. En el nuestro, como había muchas parejas, nadie bailaba; pero lo tradicional es dar botes al ritmo de la música autóctona.

Y, tras cenar en un bonito y moderno lugar a orillas del Nilo, comenzó lo que se ha bautizado como "el interraíl egipcio", protagonizado por Garde, Nayix y la que suscribe.
Y eso será la segunda etapa.

La próxima semana estaré sin móvil, sin internet, sin ordenador ni gps...

Estaré perdida en una tierra que aún no había pisado (entre las miles que me quedan por visitar). Como no me gusta presumir de viajes hasta que tenga los documentos gráficos, aquí dejo un video musical.



Bueno, podría haber puesto otras referencias, pero esta me hacía gracia...


No es que me haya olvidado de mi sección fija, pero últimamente me apetece un poco menos escribir...


Que no leer.


Allá van, las dos novelas que he leído en el mes:


- "Una mujer díficil", de John Irving.
Hacía mucho tiempo que quería leer este libro. En castellano lo titularon así, una mujer díficil, aunque a mi el personaje principal de la primera parte y de la segunda parte no me parecen nada complicadas (será porque yo también soy una mujer díficil?) En inglés, se llama "A widow of one year", y su adaptación al cine se llamó "The door in the floor". Si queréis saber la razón de estos cambios de títulos, leed la novela y echadle un vistazo a la peli.
La historia tiene dos partes, como ya he dicho. En una, describe lo que sucede un verano en una casa en los Hamptons. Ted, escritor de libros infantiles, y Marion Cole son un matrimonio que han perdido a sus dos hijos en un accidente de tráfico. Tratando de sobrellevar la tragedia, tienen una hija, Ruth, que crece en una casa fantasma rodeada de cientos de fotografias de sus hermanos a los que no llegó a conocer. Ese verano, Ted contrata a un joven llamado Ed O´Hara, con una doble intención: uno, que le ayude con el nuevo libro; y por otro lado, que seduzca a su deprimida mujer y conseguir así el divorcio.
Marion y Ed acaban teniendo un romance (impagable la primera escena con la que empieza la historia), y a partir de ahí el verano avanza, termina, Marion desaparece llevándose con ella las fotografías de los niños... Ruth crece en constante rivalidad con su padre en el mundo de las letras, con la conciencia de ser alguien complicado e incapaz de amar (o eso cree).
Muy buen libro, con pasajes geniales (prácticamente todos aquellos en que se usan los libros infantiles que escribe Ted Cole para mostrar qué ocurre en ese momento), y personajes muy vívidos y tan extraños o más que la mujer del título.
- "Fuego errante", la segunda parte de "El Tapiz de Fionavar", de Guy Gavriel Kay.
Puede que vosotros no sepáis, o no os habéis dado cuenta, que otro de los géneros que suelo leer (ya con menos frecuencia) es lo que algunos llaman "fantasía". La razón de esta afición me viene de la biblioteca pública: los libros más interesantes y que me atraían como una polilla solían estar en la sección de "ciencia ficción para adultos". Me leí de este modo la obra completa de Louise Cooper, la saga Dragonlance, y otros autores no tan conocidos.
Entre los libros que cayeron en mis manos, estaban la primera y la segunda parte del Tapiz de Fionavar. Me quedé con ganas de leer la tercera parte, porque claro, las biblioteca públicas dependen de un presupuesto, y de que sus lectores pidan a gritos un libro... y estos precisamente los leíamos dos o tres personas en un pueblo de 30000, así que nada. Por circunstancias de la vida, he conseguido la trilogía completa, aunque empecé por el segundo de los libros para refrescar la memoria.
Resumiendo la historia: Cinco jóvenes canadienses, estudiantes de derecho, descubren que todos ellos pueden viajar a la tierra de Fionavar, un mundo paralelo a este. Cuando cruzan la frontera, descubren que allí cada uno tiene una misión que cumplir, para evitar que el "primer mundo, el más perfecto" caiga en malas manos... porque sino también cae este.
Como curiosidad, el autor es conocido porque colaboró con el hijo de Tolkien a la hora de escribir y editar El Silmarillion.
Y con esto, me voy a cenar. Un saludo.
p.d: Ah, aunque no comento mucho porque me da un poco de rabia escribir un comentario, que sepáis que me ha gustado que debatais las dos entradas anteriores.
p.d2: Gracias Jullei por pasar por aquí.

2:25 p. m.




Hace muchos años, leí en una revista una frase que me gustó tanto que la copié (con mi letra hebraica) y la clavé en el tablón de corcho de mi habitación, entre el horario de clases y las fechas de los exámenes. No es que fuera una frase que me animara todas las mañanas, pero sí fue una que he tratado de incorporar a mi forma de ser y pensar.


Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar. Hipatia, s. V a.c.

La autora de esta frase es la griega Hipatia, científica, filósofa, inventora y matemática. Una mujer que allá en Alejandría por esos años vivía su vida, daba clases, escribía libros y se oponía al poder.



La semana pasada, leí en el períodico que Amenabar va a rodar una peli basada en la vida de esta mujer, y yo me he alegrado. Es hora de que empecemos a reconocer la labor de las mujeres en la historia, como artistas, como filósofas, como políticas... ¿Por qué en griego no leímos ni un solo poema de Safo?* ¿Por qué en literatura no estudiamos ni a las hermanas Bronte, ni a Fernán Caballero, ni a George Sand? ¿En ninguna corriente pictórica destacó una sola artista? Porque yo conozco a Berthe Morisot. Ni siquiera se mencionan, ni de pasada...



* Bueno, mi profesor de griego sí nos leyó un poema de Safo. Un saludo para "El Lupus".

Post-Edit: Había escrito esta elucubración mía para publicarla ayer domingo, pero la gala de los Oscar ha acaparado mi atención. Enhorabuena a Bardem, pero "No es país para viejos" no merecía tantos premios (quizá al mejor guión adaptado? Tendré que leerme esa novela).

Post-Edit 2: He añadido un nuevo blog a mi lista. "Querer lo que uno hace", de la "enana". Lo recomiendo porque escribe muy bien, tiene buen gusto en cine y en poesía, y es muy maja. (¿Se nota de donde le viene el talento, no?)

6:37 p. m.

Deberían haberla llamado "No es peli para viejos"



El fin de semana pasado, por circunstancias estas que tiene la vida, fui a ver dos películas. Dos películas distintas entre sí, tanto en el argumento (drama romántico y "western" policíaco) como en los actores (unos muy monos y requetecomerciales, otros con mayor reconocimiento).

Me atraían los dos por estas basadas en dos novelas, de dos escritores que en los últimos años han conseguido hacerse un hueco en el mercado editorial.

Y lo más raro de todo, es que de una me esperaba una decepción, y la otra me parecía más interesante... Pero no, resultó ser al revés.

- Expiación: Adaptar una novela es díficil, y más si es una en la que no hay solo una historia, sino que además hay una, escondida dentro de otra y otra incluso más allá de la historia. Tras ver los trailers en la tele, me llevé una enorme decepción al ver que subtitulaban a la peli "Más allá de la pasión". Que manía la de añadir subtítulos tan manidos y usados, como si creyeran que hay necesidad de encajar una peli en un género concreto o si no, nadie irá al cine.

Si ves el trailer sin conocer, lo que ves es la típica historia de amor entre una chica de familia rica que se enamora de alguien que no debe y que la familia les separa. Él se va a la guerra (2ºGuerra Mundial) y ella se hace enfermera; y gracias a las cartas de amor consigue regresar...

Por este motivo, temía ir a verla. El personaje de Cecilia es importante, pero solo tiene tres o cuatro escenas en el libro (como en la peli). El principal, el que lleva el peso de la acción, es Briony, la niña de ojos azules cuya gran boca ocasiona lo que ocasiona, y por ella la novela/película lleva el nombre de "expiación". Han respetado las mejores escenas de la novela, sin perder el ritmo que necesita un guión, y aprovecha bien los pequeños detalles del final... aunque sobraba la escena de la playa, en mi opinión.

Una recomendación, y más recomendada está la novela. Como la leí antes de empezar a escribir el blog, no puse la reseña, pero la verdad, es que no la necesita. Habla por si sola.


- No es país para viejos.

Si, me meto con los Coen. Me atrevo a meterme con esos dos paradigmas de la modernidad, cuyas películas siempre hay que alabar aunque a mi no me llegan ni a la mitad del alma. Fargo es la única que he podido ver sin quedarme dormida en el sofá (mi medidor para saber que una peli me gusta es este...)

Después de leer la última novela de McCarthy, tenía curiosidad por ver como retrataban el aire de desolación que le conozco. Sí, eso está muy bien. El oeste americano moderno es desolador, caluroso y sobre todo, vacío. Los personajes que se mueven en la peli son de novela negra: el cazarecompensas (las mejores escenas son de Bardem, sin lugar a dudas; y no lo digo por patriotismo), el hombre del montón que se encuentra con la oportunidad de su vida, y el poli harto de todo que lo único que quiere es jubilarse. Hasta ahí, también te venden una película de acción donde un asesino persigue al tipo del montón, y a su vez, el asesino es perseguido por el poli resabiado. Por el medio, algún que otro matón que dura lo que dura una tableta de chocolate en mi frigorífico.

Pues no. Tommy Lee Jones no se mueve de su despacho. El tipo del montón (spoilerazo, cuidado) muere como tres cuartos de hora antes de que termine la película, y el asesino... solo mata y mata casi ya sin tener razón. Termina y te quedas con la sensación de que te han timado.

Hay un par de diálogos destacables, y los momentos Bardem demostrando porque la gente le tiene miedo, pues bueno... pero el resto sobra. Sobra las escenas largas del desierto, sobra la charla de Tommy L. Jones con un policía retirado, sobra la última media hora en la que no ocurre nada. Sobra el monólogo final, que nos dice lo que ya sabemos desde el principio. Sobran los muertos absurdos, el matón enviado para parar los pies a Chigurn, el jefe de la oficina...

Esta película... sobra.


p.d: A pesar de no gustarme, al menos el cartel es mejor que el de Expiación...


Y encima, sé que se llevará el oscar. Dentro de lo que hay, parece que es lo mejor del año (ay, dios mío).



Cuando tengo insomnio, no me da ni por hablar con las lámparas, ni contar ovejas, ni beber leche caliente...

Primero, leo.

Si no funciona, me levanto y como algo ligero (normalmente una galleta).

Si no funciona, re-hago la cama (e incluso cambio las sábanas, en casos ya desesperados).

Si sigue sin funcionar, tomo una libreta y escribo.

Si aún no tengo sueño, me tomo una pastilla de melatonina.

Y si aún no tengo sueño, la última solución es la pantalla en negro que trato de ver cuando cierro los ojos. Creo mi propia pantalla de cine, y en vez de proyectar imágenes relajantes, la apago. Desconecto, la fundo hasta que por fin, por fin... vuelvo a abrir los ojos.

A veces, ni con esas.

p.d: El cuadro de Van Gogh es porque él sufría también de insomnio (y más recurrente que el mío, la verdad). Dalí, Tenesse Williams, Julio César, en fin... la gente estresada.

8:49 p. m.

Hoy, enredando en la red mientras leía "El País", me he encontrado con una curiosa recopilación de las películas más raras para el 2008... Y entre ellas, está...

¡Expediente X 2!

Increíble, chicos. Como fan de la serie (sobre todo de las primeras temporadas), estoy entre contenta, sorprendida y a la vez un poco mosqueada. ¿Por qué resucitar una serie cuando ya hace tiempo que terminó? ¿De qué van a hablar ahora?



En los primeros capítulos, Mulder lleva tupé y Scully usa blusas con hombreras...

¿Tan mal están las cosas con la huelga de guionistas?

A mi me encantaba Expediente X. De hecho, aún hoy recuerdo mis episodios favoritos con cariño, y no me sorprende la trama de Perdidos ni Héroes, después de haber desentrañado los secretos del gobierno estadounidense y sus tratos con los extraterrestres. Mulder fue uno de mis primeros amores televisivos. El pobre, siempre con la cabeza en las nubes, soltando sus disparatadas teorías, comiendo pipas y bebiendo vodka mezclado con helado de vainilla. Mi gran pena secreta es que no he visto las últimas temporadas de la serie, así que solo sé que Mulder desaparece y viene otro agente con el que Scully (la forense canija y gafe) no tiene igual feeling.

Eran tiempos donde no existía el E-Mule, ni el bittorrent, donde para ver una serie, tenías que esperar a que Telecinco se atreviera a emitirla.

En fin, ahora a esperar...

Un saludo!

Como ya comenté en el post anterior, yo a este actor le conocía por dos películas de esas que sabes que son malas, que conoces el final, que todo es edulcurado y falso... y aún así, las acabas viendo por la tele esas tardes de resaca y sofá.

Mi favorita de las dos que nombré es "Diez razones para odiarte", una versión moderna de "La fierecilla domada", donde Heath se marca esta canción con este baile.

Con cariño, a todos los fans del actor y a su familia.







Muchas gracias a Nayix por la ayuda prestada para colgar vídeos.




Hoy me he despertado con esta noticia:


Sí, el actor de "BrokeBack Mountain", el vaquero de mandíbula fija y mirada tierna. Tenía 28 años, mi misma edad, y en el cajón deja una película por estrenar (La segunda parte de Batman de C. Nolan), y una hija.

En la tele y en los periódicos ya han dicho bastante sobre la vida y obra de este actor. A mi parecer, yo lo recordaré siempre por otras dos películas (y aquí viene mi vena friki): Destino de Caballero y Diez razones para odiarte.

Esta muerte me ha llevado a reflexionar sobre esos actores de escasas películas (o series) que se fueron antes de poder saborear la fama... Aunque también puede ser porque el sabor de la fama debe ser amargo, no sé...

El primero, por ser más reciente: Brad Renfro. Murió de sobredosis el pasado 18 de Enero. El nombre quizá no os suene, pero os diré que fue el cliente que puso a Susan Sarandon en un apuro (en "El Cliente"), y el simple y dulce Josh de "Ghost World". (Post edit) Nayix me indicó que también tiene otra película en su haber, y una de sus mejores interpretaciones, en Sleepers.






El segundo, fue el mal parado Jonathan Brandis. Y otra vez, mi vena friki... Era Lucas Wolenzack, el personaje más joven de la tripulación del Seaquest, una serie de aventuras en el mar, un cruce entre Star Trek y Érase una vez la vida. Este fue su papel más importante, dejando de lado alguna aparición cuando era más chiquitito en series de los ochenta y poco más. Yo reconozco que en esa época de granos preadolescente (no he tenido acné, pero es una forma de decirlo) me gustaba un poco. Él y Chris de Doctor en Alaska... Creo que veía demasiado la 2.



Y el tercero, y porque parece que solo mueren jóvenes los actores... También hubo una actriz que murió joven... Pero en su caso, no fue por una sobredosis. Se llamaba Dominique Dunne, y este nombre no os dirá nada a menos que os diga que era una de las hijas mayores de la peli Poltergeist. Murió con veintitantos años a manos de su novio. Esta historia dio lugar a la leyenda negra que persigue a la peli y de la que aún no se ha librado.



De momento, no puedo dedicar más tiempo, pero me dejo a uno de esos ídolos fulgurantes que falleció también de forma rápida: River Phoenix. Aún guardo una entrevista en la Ragazza en la que decía que él no tomaba drogas y que jamás lo haría.



Con esto, y un pañuelo en la mano, espero las horas para ver el siguiente episodio de Anatomia de Grey.






Aunque aún es pronto para poner los libros del mes de este mes de Enero, ahora me doy cuenta que no puse los de diciembre, así que hago recopilatorio de memoria y aquí os dejo las reseñas.


Las navidades me han pillado un poco "out" del mundo literario, y aunque tengo libros pendientes en mi estantería, me fui a casa de mis padres con pocas ganas de leer. Y el motivo lo tuvo... el dichoso libro de Wicked.


Las últimas semanas de noviembre y las primeras de diciembre las empleé para leer un libro que, según algunas críticas, era de lo mejor en literatura fantástica: Wicked. Me atraía que fuera una revisión del mito del Mago de Oz tratado desde el punto de vista de la bruja del Oeste. Me imaginaba que, como villana que era, la bruja del Oeste sería al menos inteligente y astuta... Y nada, ni una cosa ni la otra. Una pérdida de tiempo. Malo, malísimo. Solo me lo he acabado por rabia, pero me hubiera dado igual si la bruja se despeñaba por un terraplén o se comía con patatas al mago de Oz. Elphaba ni es lista, ni lucha contra nadie, ni siquiera lo que le ocurre tiene lógica. No sé si quemarlo o hundirlo con una piedra en medio de algún lago perdido.


(Es broma, nunca haría daño a un libro... pero no sé qué hacer con él. Lo regalo al que lo quiera).



Estando en casa, buscando algo que leer y sin ganas de entrar en mi género favorito (el policíaco), encontré una pequeña joya que ya me habían recomendado hacía tiempo: Mr. Vértigo, de Paul Auster.
La historia trata de un chico que, en los años 20 en la América profunda, se le ofrece una gran oportunidad: aprender a volar. Un tipo llamado Yehudi le promete enseñar, para que en un futuro pueda trabajar en ferias y teatros enseñando su habilidad. Pero la historia no se queda solo ahí. Walt, el niño, aprende a volar, pierde la habilidad, crece y cuenta su larga vida al mismo tiempo que su país cambia como él. La prosa de Auster es como siempre sencilla y directa, pero esta historia contiene una fábula sobre la madurez y también sobre la fuerza de voluntad.
Recomendadísimo, por supuesto.
- Otro libro: "La carretera", de Cormac Mc Carthy. Es la historia de un padre y un hijo que viajan por una carretera... pero con la salvedad de que el mundo ha sido destruido por una bomba nuclear, y apenas quedan supervivientes, y mucho menos gente de fiar. En días como los últimos, tan oscuros y fríos, lo cierto es que me produce al leerlo una sensación de angustia y tristeza tal que tengo que dejarlo... pero también es emocionante. Como curiosidad, el autor tiene otras novelas conocidas, como por ejemplo "No country for old men", la última peli de los hermanos Coen. Ah, y también está en proyecto la adaptación de este libro, con Viggo Mortensen de protagonista.
Para el próximo mes, espero que me llegue a tiempo "Dossier K".
Con esto, y un saludo, me despido!

9:11 p. m.

Leyendo ayer El País, descubrí que tengo algo en común con la reina de Inglaterra...

...
...

Las dos jugamos a la Wii!

Pincha aquí para leer la noticia.

Un día de estos, me la encuentro por la red y la reto a una partida. Por lo visto, tengo un lado oculto como bateadora que no me conocía.

Y, superando el resfriado y evitando que no me salgan los higadillos por la boca, me presento para dar la cara a este nuevo año 2008.

(Uy, que chungo)

8:21 p. m.


Felices fiestas por adelantado, lectores de blogs!

No sé cuando podré volver a escribir, porque a donde voy, internet es una especie de marea que va y vuelve, y normalmente no me dará tiempo a contar nada. Os dejo mi lista de deseos y regalos para el próximo año. Animaos, y escribid los vuestros. Quién sabe, a lo mejor hay personas que estén dispuestas a cumplir vuestros deseos, o al menos, os hagan reír.

1. Una Wii (o en su defecto, una Nintendo DS)

2. Una ristra de libros pendientes, clásicos y no tan clásicos.

3. ¡El final de Nana!

4. Películas y novelas novedosas, nada de remakes de los 80. (Please!)

5. Un buen trabajo. O al menos, algo nuevo y diferente.

6. Que la cultura sea más valorada que el deporte.

7. Cambio en la política y en la economía de este país... y de otros muchos.

8. Publicar algo, lo que sea.

9. Que a todos nos toque la lotería. (Si deseo esto, supongo que a alguien de los que están leyendo le tocará).

10. Amor.



Como al espectador medio, me encantan las buenas pelis de terror, sobre todo aquellas que innovan y van más allá del mero "este personaje tiene que morir de la forma más dolorosa y espectacular posible", y si por medio está implicado J. Balagueró, pues mejor que mejor.


[REC] es una mezcla de géneros al estilo de "El proyecto de la bruja de Blair", pero más brutal en las imágenes y más cercano en el terror. Un equipo de televisión (la reportera y el cámara) están rodando un reportaje rutinario sobre el trabajo de los bomberos. La primera media hora transcurre de forma muy tranquila, mostrando lo típico de estos documentales de televisión: como viven los bomberos, como tiene que vestirse en pocos segundos, a que dedican el tiempo libre... Pero esa noche, reciben una llamada un poco rutinaria y nada emocionante: una anciana encerrada en su piso que parece que grita de dolor...

Lo que tienen que aguantar algunos cámaras... con tal de grabarlo todo...


El hecho de estar rodada con el estilo "cámara en mano", y de que los personajes parecen bastante reales (desde la familia de inmigrantes chinos, pasando por el "presidente de esta nuestra comunidad", hasta la señora pedante y pesada con su niña), hacen de [REC] una buena recomendación para el cine esta semana de sobresaturación navideña. Siempre y cuando no vivas sola en un edificio parecido al de la peli, porque si no... no duermes.



Atención al final, donde en 10 minutos, se explica todo el origen del contagio del virus. Parece que no, pero todo está tiene su explicación. No hacía falta tampoco, Romero nunca dijo en su película "La noche de los muertos vivientes" porqué pasaba lo que pasaba, y sigue siendo igual de válida... Aunque no se puede comparar, claro.