Estaban las dos solas, en una casa de varios pisos. Era normal esa situación: una charlando por teléfono, la otra zapeando entre las cadenas del satélite buscando algo nuevo que ver. En el medio, varias tazas con el poso del café y un cenicero lleno de colillas. Afuera, la tormenta vespertina había dejado el aire limpio y las calles vacías.

Anunció su visita antes de entrar, agitando las alas para llamar la atención. Se colgó de la lámpara y lanzó su chillido de advertencia. En un primer momento, las muchachas ni levantaron la mirada. Llevaban toda su vida acostumbradas a esos pequeños insectos (polillas, mariposillas) que se colaban al atardecer por la puerta de la cocina y que acaban muriendo en las tulipas de las lámparas. Hasta que una levantó la vista y allí estaba, volando como en esas películas de serie B, un murciélago del tamaño de su mano.

Ocurrió muy rápido: las dos chicas ya estaban fuera del salón, gritando del asco, y encerraron al visitante en el salón, para que campara a sus anchas. De vez en cuando, la silueta de sus alas negras atravesaba el cristal y dejaba bien patente que allí estaba, y que tenía intención de permanecer.

Ellas hicieron lo que cualquiera hubiera hecho en su situación...

No, matar el murciélago, no...

Tampoco, entrar en el salón a pelear contra el monstruo, eso no...

Chillar y llamar a su hermano para que se ocupara del asunto, sí.

Mientras esperaban, a las dos se les ocurrió intentar abrir la ventana del salón desde la calle. Suerte que por allí no pasaba ningún coche ni ningún vecino: se hubiera encontrado con la extraña escena de dos chicas, una llevando a hombros a la otra, trepando por la ventana.

Cuando el "héroe" llegó a lomos de su coche, la ventana ya estaba abierta, y el murciélago parecía haberse volatizado. "Esto no ha sido nada, ya habrá salido" dijo el héroe tras registrar el salón.

Y las dos confiadas regresaron a sus quehaceres con la misma tranquilidad, sin saber que los ojillos del vampiro seguían observando la pantalla del televisor.


Continuará...

1 Response to "El visitante nocturno (1a Parte)"

  1. Anónimo Says:

    ei, leti
    un beso desde hong kong
    q tal te va?
    q haces?
    harker

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