En el momento del robo, tuve que buscar un cajero del BaBVAs para cancelar mi tarjeta. Después de escuchar como tres veces la puñetera canción de "Adelante", el amable chico de atención al público me comunicó que habían comprado un abono tranporte del metro de Barcelona. Cancelada la tarjeta, y también cancelada la tarjeta de mi móvil, me tocó ir a una comisaría a poner una denuncia.

En cualquier ciudad, este paso resultaría fácil, pero en Barcelona, no. Madrid es hostil, pero ¡demonios! la gente lo sabe y lo espera. Barcelona, con toda esa falsa publicidad de "ciudad abierta", sorprende al incauto por su falta total de COMISARIAS decentes. En el radio donde me robaron el bolso, hay tres comisarías, y en ninguna de las tres permitían poner denuncias. "Solo para gestionar los papeles de inmigrantes", me decían. Vale, muy bien, soy brasileña, ¿me aténdeis? No sabía yo que para sentirse extranjera en tu propio país bastaba con mudarte de ciudad.

Tras dos horas andando y siete paradas de metro más tarde, encontramos una comisaria de la guardia urbana, y sus amables "chicos" me atendieron en un pis-pas.

Agradezco desde aquí a Silvia, la otra sufridora de esta caminata, y le recuerdo que le debo un buen queso de la Serena y unas copichuelas.

Después de poner la denuncia y pasar el resto del domingo en relativa "paz" (gracias a mis amigos del foro de Animanga), regresé a estos mandriles. Mis padres se recorrieron no se cuantos kilómetros para llegar hasta la Terminal 4 y darme mis llaves y un pequeño fajo de billetes, para sobrevivir esta semaa.

En menos de dos días, se me acabó la beca, me sangró la nariz como dos o tres veces, y en un arranque de odio a esta ciudad hostil, me largué a mi casa del pueblo, a llorar las penas y refugiarme en la tortilla de patatas de mi madre y en las gracias de mi sobrinito.

Bueno, mirando el lado positivo... Tengo un buen móvil, mi sobrino está más guapo que nunca, y mis padres están bien.

Ya estoy de vuelta en Madrid, pero es probable que me vaya otra vez a Senolaf el fin de semana... porque los ineptos del BBVAS me mandaron la tarjeta a la oficina del pueblo... justamente ayer que volvía a Madrid.

Saludos!

p.d: Por cierto, el ladrón echó mi cartera de Mandarina Duck a un buzón, y hoy ha llegado a buen puerto. Limpia, sin un duro, solo con mi carnet. Al menos, me devuelve la tarjeta de socio del FNAC, y la foto donde Laurea sale guapa.

p.d2: Que 26 años más malos...

5 Responses to "Segunda parte: Robo y fuga."

  1. Anónimo Says:

    No te alteres Roskat. Tranquila.
    Por cierto, ¿Por qué no me recomiendas algún título de los que viste en el Salón Manga?
    Saludos

  2. Roskat Says:

    Um...

    A los que eché una ojeada:

    - Zetman (muy raro)
    - Death Note (si te gustan los enigmas retorcidos).
    - MPD-Psycho (asesinos en serie y muertes muy macabras)
    - Emma (amor, jejeje)

  3. Anónimo Says:

    jajajajajajajaja...ánimo que ya casi es´tas en los 27. Y mi teoría numérica siempre me a dado resultados , las cosas buenas me pasan en número impar y las Cojonudas en los números primos. 27 sólo es impar , pero seguro que es un gran año.
    Te tengo que contar lo que me ha pasado hoy........tengo un día muy sensible. Pero voy a llevar mi ordenador al hospital, el Dr.Pece me ha recomendado partirle el discoduro y hacerle unas cuantas barbaridades más.... Pero la anécdota ha sido cuando me ha preguntado por la capacidad de mi computadora y le he dicho " No sé, me la compré por que era azul". El me ha mirado perplejo, pero el enfermero no ha evitado una carcajada. Tengo hora a las 19:15 y lo tendrán ingresado toda la mañana.Me ha asegurado que el Lunes parecerá que tengo otro ordenador.
    Pásatelo bien en Senolaf.....

  4. Roskat Says:

    Habrá que desearle al enfermo que se ponga bueno.

    Y no, la foto de Laurea... se la ha quedado el ladrón. Jo...

  5. Anónimo Says:

    Weno, la policía es asín, velando por nuestra seguridad las 24 horas del día. Recuerdo una vez, hará ya unos años, que me atracaron a mí y a un amigo en un parque en Mandril, y según salimos del parque, a cincuenta metros, un coche de la policía. Nos acercamos, les contamos el pastel, y tan tranquilamente nos sueltan que para denunciarlo vayamos a la comisaría, y se largan, (a poner multas o algo me imagino, todo cosas que hacen que viva más seguro cada día).

    Conclusión: por lo menos te devolvieron la cartera. Y como es inevitable que este tipo de cosas sucedan, lo mejor que se puede hacer es intentar no entrar en zona de riesgo de fallo cardíaco, ( y si se da la ocasión, golpear con cierta violencia moderada la cabeza de los infractores de la ley y de los protectores).


    PD: Ey, por cierto, hoy es cuando hay que decirte ¡¡¡¡FELICIDAD!!!! ¿no? Pues eso, ¡FELICIDAD EN TU DIA!

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